Los investigadores han identificado recientemente la proteína que está vinculada al cáncer de mama triple negativo, siendo este el más agresivo que existe ya que no cuenta con tratamiento especializado eficaz para frenarlo, aun siendo el que sufre un 15% de mujeres que padecen cáncer de mama en el mundo.
Según han descubierto mediante ensayos in vitro en ratones es que las células malignas necesitan de la proteína PML para mantenerse a flote, por lo que si se les puede suprimir de algún modo dicha proteína las células perderían gran porcentaje de dañar, según se ha publicado en la revista Nature Communications, en un artículo escrito por Arkaitz Carracedo del centro de investigación cooperativa de Biociencias junto a otros científicos de diversas provincias como San Sebastián, Barcelona e incluso de otros países como Francia y EE.UU.
Al igual que en la Escuela de medicina de la universidad de Virgina en EE.UU. han encontrado también un defecto en la “armadura” del cáncer más agresivo de pulmón, siendo un punto donde al hacerle explotar hace que la enfermedad se frene en seco, viéndose que no es tan peligroso como parecía.
Ya que el cáncer en cuestión es el llamado microcitico que lo sufre el 15% de la población mundial fumadora, que se caracteriza por extenderse de forma mucho más rápida, aunque con células más pequeñas que el cáncer del pulmón típicos, y con una pequeña supervivencia de 5 años aunque la persona presentara metástasis solo en un 2% de la zona dañada.
Al igual que el de mama triple negativo se ha probado su nuevo tratamiento con ratones que consiste en subir la dosis de un medicamento ya existente que actualmente solo se aplica en los casos de leucemia, pero que está siendo probado en personas con resultados bastantes buenos como es su eficacia en el control y prevención de nuevos tumores e incluso llega a dominar las partes dañadas del cuerpo haciéndolas inofensivas para los órganos cercanos a ella, y por si acaso este no tuviera el éxito esperado están desarrollando otro fármaco que afectaría solamente al cáncer sin afectar a las células sanas que se encuentren en el cuerpo.
Para ello han hecho falta 5 años de investigación con los científicos nacionales e internacionales a la vez que se ha necesitado trabajar en equipo con el extranjero.