Desde Discapzine la entrada principal de hoy la queremos dedicar a dar a conocer la Espondilitis anquilosante aprovechando que es su día mundial.
Se trata de una artritis que afecta a la columna vertebral que causa en ella y en las vértebras inflamación y dolor, se acompaña también de los mismos síntomas en la articulación sacrolica, donde se une la columna con la pelvis, en algunas personas principalmente hombres que son quienes más lo sufren, les afecta también a las costillas, caderas, rodillas, pies, y en la unión de los ligamentos y tendones con el hueso, a veces también sufren los ojos e intestinos y muy rara vez afecta a los pulmones y corazón.
Suele dar pequeños síntomas como dolor de espalda que varía de intensidad según día, antes de los 30 años, aunque el 5% sufren de sus síntomas por primera vez después de los 45 años, afecta al doble de hombres que a mujeres.
Entre sus síntomas se encuentra dolor crónico con rigidez de espalda y cadera, que empeora con el descanso, el dolor se hace insoportable en la noche, despertando al paciente, y sintiéndose muy rígido durante la mañana, aunque estos disminuyen un poco con el ejercicio, con el paso del tiempo el dolor y rigidez se presenta en las costillas y cuello, también es normal que se una los huesos de la columna vertebral con los del cuello haciendo que este pierda flexibilidad y se vuelva rígido, junto a la cavidad torácica que ve disminuido su espacio, lo que conlleva una dificultad respiratoria.
También se puede observar inflamación en las caderas, hombros, rodillas, y tobillos con limitación de los movimientos cono es incomodidad al estar parados o caminar en superficie duras
En ocasiones también se sufre de inflamación ocular (Iritis), con enrojecimiento y dolor de ojos que empeora cuando se mira a la luz, junto a soriasis, Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) y síndrome de Reiter.
Su causa aunque no se sabe con seguridad, es muy probable que sea de origen genético, aunque los problemas medioambientales juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad.
Para su diagnóstico es necesario tener antecedentes familiares, problemas de espalda, que hará al médico sospechar de ello, por lo que mandara un examen físico, unas radiografías, resonancia magnética, examen de sangre.
De momento no tiene cura, aunque su tratamiento es mediante medicación, ejercicios dentro del agua, seguimiento mediante el reumatólogo, oftalmólogo y fisioterapeuta que ayudara a la realización de los ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de las articulaciones, y con los ejercicios acuáticos, y en algunos casos sí que se puede probar la cirugía para arreglar daños en las articulaciones, principalmente en las cadera y rodilla.
Para mejorar la calidad de vida es recomendable seguir el plan que el médico le marco, hacer ejercicio de manera regular, no fumar, mantener una buena postura corporal.