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El final de la vida tiene mala prensa, nadie quiere morirse ni decir adiós a un ser querido. Sin embargo, algunas personas son capaces de adaptarse al sufrimiento e incluso experimentar cierta serenidad en los momentos finales. Ése es el mensaje que quiere trasladar la exposición ‘Luz Profunda’ organizada por el servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Sant Pau de Barcelona.
La muestra recoge 60 obras realizadas por pacientes terminales que participaron en los talleres de arteterapia que realiza este centro desde 2004; pero también familiares y artistas profesionales.
«Se nos ocurrió llamar a las familias de nuestros pacientes para esta exposición, como un homenaje a sus seres queridos y para dar a conocer la importancia de los cuidados paliativos, que a pesar del tiempo que llevan, siguen siendo poco conocidos», explica el doctor Antonio Pascual, director de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Sant Pau. «La imagen tiene un valor expresivo muy importante, y queríamos dar a conocer que a pesar de la muerte hay pacientes que pueden sentir alivio, o incluso vivir un proceso de comunicación muy íntimo con los suyos».
Por eso, además de exponer las obras de ocho pacientes fallecidos, el hospital ofreció a sus familias la posibilidad de participar en un taller y usar la creatividad como terapia para cerrar su duelo y despedirse de sus seres queridos. «A pesar de que de alguna manera les hicimos revivir la tristeza, todos se mostraron muy entusiastas a la hora de participar», explica el especialista. En grupo, nueve familiares trabajaron con la terapeuta, «y la mayoría lo ha valorado como un proceso de crecimiento y transformación. Como homenaje a sus seres queridos».
De hecho, las familias guardaban las obras de sus seres queridos en casa, «casi como un Dali», porque «de alguna manera son pequeños tesoros familiares». Como esa lámina negra con dos pequeños trazos que pintó un hombre dos días antes de morir y que su viuda conserva con «sumo cuidado».
Las terapias de arte y creatividad en este centro barcelonés empezaron hace más de 10 años, primero con becas puntuales y subvenciones y desde hace cinco ya de forma sistemática con una terapeuta presente en la Unidad de Cuidados Paliativos de forma permanente (gracias a un convenio con el Grupo Mémora).
«Lentamente el arte va entrando en los hospitales como una terapia complementaria, y sé que algunos hospitales están intentando poner en marcha experiencias como la nuestra. Nosotros estamos convencidos de su eficacia, pero es que además hemos realizado dos estudios científicos y vamos a comenzar el tercero para demostrarlo», explica Pascual.
En los dos primeros trabajos (presentados en congresos científicos y pendientes de publicar en revistas científicas), los especialistas observaron una mejoría en varios de los síntomas de los pacientes antes y después de participar en las sesiones de arte. Como la tristeza, la ansiedad, el malestar y también el dolor. «En el 98% de los casos, además, los familiares mostraban que la terapia artística no sólo beneficiaba al paciente sino también al resto de la familia».
* La exposición ‘Luz Profunda’ podrá verse hasta el 21 de julio de 2016 en el Recinto Modernista Sant Pau de Barcelona.
