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Cada vez son más los estudios que advierten sobre el efecto negativo que tiene la quimioterapia sobre el corazón. Por eso, preservar la salud cardiovascular de los pacientes con cáncer es clave para que mantengan una buena calidad de vida.
Los avances en quimioterapia han permitido un aumento significativo de la supervivencia en niños con cáncer, pero durante su vida pueden dar la cara varios efectos adversos que se asocian al tratamiento para el cáncer y uno de ellos es el riesgo cardiovascular. Por eso, utilizar fármacos cardioprotectores, como indica un estudio que se publica hoy en British Journal of Clinical Pharmacology, puede salvar muchas vidas.
Este trabajo se ha centrado en niños con cáncer y después de revisar la literatura han visto que las antraciclinas, que son muy eficaces en niños con cáncer que necesitan quimioterapia, elevan el riesgo de cardiopatías. Así, el grupo de Steven Lipshultz, de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, ha determinado, después de revisar estudios publicados al respecto, que las antraciclinas pueden elevar el riesgo de desarrollar cardiomiopatía, insuficiencia cardiaca, infarto agudo de miocardio, enfermedad de las válvulas del corazón, enfermedad del pericardio e hipertensión.
Pero no todo son malas noticias, el dexrazoxano previene la mayor parte de los efectos tóxicos de las antraciclinas sin afectar a los beneficios en los pacientes con cáncer.
Cardiotoxicidad
La cardiotoxicidad es el precio que tienen que pagar muchos de los pacientes oncológicos tratados con antraciclinas, pero ahora esto puede cambiar administrando dexrazoxano justo antes de cada ciclo donde se emplean antraciclinas. Teniendo en cuenta los resultados del trabajo, Steven Lipshultz asegura que se debería considerar la administración de este fármaco en todos los niños que se traten con antraciclinas. De esta forma, los supervivientes no tendrían que acarrear con los problemas cardiacos asociados al uso de esos agentes quimioterápicos.
La quimioterapia sigue siendo igual de eficaz y deja a un lado los efectos adversos que se producen en el corazón. Es una buena noticia para los 1.300 niños a los que se les diagnostica un cáncer en España cada año, de los cuales una tercera parte, aproximadamente 450 casos, se detectan en adolescentes entre 15 y 19 años.
